23 de septiembre de 2009

LA MELLA EN CIENCIA POLITICA: CRETINISMO PARLAMENTARIO

La Mella y La Mala Educación han llegado a una conclusión política curiosa en estas elecciones: para vencer al radicalismo, hay que hacer un frente con la gestión de Schuster. El candidato Pecheny sería ‘el único en condiciones de ganar’.

La candidatura de Néstor Lavergne, sin lista en graduados y profesores, sería en cambio una candidatura ‘testimonial’.

Sin embargo, ¿qué transformaciones pueden operarse en la carrera de Ciencia Política, con semejante acuerdo?.

En primer lugar, La Mella desconoce las conclusiones más elementales de la lucha de 2006 contra la Asamblea Universitaria Reaccionaria, procediendo exactamente al revés a como lo hizo el movimiento estudiantil y la FUBA en aquella oportunidad.

No se trata de alcanzar primero la conducción de la carrera, bajo las reglas impuestas por las mismas camarillas, para transformarla. Es exactamente al revés: la recuperación de la carrera sólo puede ser posible en el marco de una lucha del movimiento estudiantil y docente para quebrar el régimen antidemocrático y reaccionario de elección y de gobierno, donde los estudiantes se encuentran subrepresentados en el cogobierno, una minoría de profesores titulares y adjuntos se encuentran sobrerepresentados, y el claustro de graduados es un terreno de manipulación política y clientelismo.

En segundo lugar, al sustituir la lucha por la alquimia electoral, en el mapa de alianzas de La Mella y La Mala Educación aparecen nada menos que la gestión de Schuster y La Vallese, sobre quienes huelgan las palabras.

En la crisis ya crónica sobre las materias optativas, que se repite año tras año, ‘progresistas’ y radicales han demostrado que, más allá de los choques por materias y designaciones, coinciden en una lógica de auto-ajuste.

Por último, pero no menos importante, las Juntas de carrera no son resolutivas, sino sólo consultivas. De acuerdo con la lógica ‘anti-testimonial’ de La Mella, habría que avanzar aún más en la chanchada si fuera necesario, buscando la mitad más uno de los consejeros directivos necesarios para alcanzar sus difusos objetivos de transformación.

No se trata, evidentemente, de una pelea ‘desde adentro’, sino lisa y llanamente de una integración desvergonzada al sistema impuesto por las camarillas, y el abandono de una lucha integral contra ellas, en una suerte de frentepopulismo interclaustros (en el caso de La Mala Educación, se trata directamente de su línea histórica).

Tampoco se trata de un frente único contra la camarilla radical, sino de un proyecto común más profundo, donde se le concede a la gestión de la facultad una progresividad y una capacidad de transformación que por supuesto no posee.

La (veloz) descomposición política de La Mella se producirá indefectiblemente, tanto si ‘gana’ como si es derrotada. En el primer caso, porque será fagocitada por el schusterismo. En el segundo caso, porque quedará expuesto en toda su crudeza su cretinismo parlamentario.

Desde la UJS-PO, en cambio, seguimos apostando a la organización paciente y sistemática de docentes y estudiantes, con independencia de ambas gestiones (la de la facultad y la de la carrera), como único camino real de transformación de la carrera y de la facultad. Cualquier atajo que pretenda saltear la construcción de un movimiento de lucha, sustituyéndolo por acuerdos de aparato, es un acto de desesperación política, y está condenado al fracaso.

UJS – Partido Obrero en LA COMUNA

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